Columna



La única militancia para un poeta es el verso…

Una reflexión a propósito del Encuentro Nacional de Poesía Romeo Murga 105 años de la Leyenda ocurrido en la ciudad de Copiapó.

Por Cristian Muñoz López


Parece increíble que los poetas puedan seguir escribiendo en un país donde nos enorgullecemos de la poesía de la boca para afuera, y sólo cuando nos conviene citamos a los premios nobeles, Mistral y Neruda, para mostrarnos como un país culto, y superior a otros en el contexto latinoamericano, pero dentro el poeta es una especie en extinción, un bicho raro que hay que aislar lo más rápido posible, eso por un lado sin contar con las zancadillas que los mismos poetas se hacen entre ellos , todo un espectáculo de personajes, poetas mayores y poetas menores , y algunos que aspiran a la gloria sin grandes méritos en realidad, es más, poetas que no han escrito un insignificante verso y si lo han hecho no es gran cosa lo que han inventado. Así se mueve este mundito donde lo peor de nosotros, porque el autor del artículo se incluye en esta categoría, es el alimento y el escalafón hacia la fama.
La historia de la literatura chilena huele a pólvora dice Faride Zeran en su ya mítico libro la guerrilla literaria, por qué esta intolerancia, por qué este odio parido de los poetas con los poetas, y esta relación difícil con el poder. Un esbozo de respuesta a estas interrogantes las proporcionó uno que sabe de peleas y mala leche en su contra, Raúl Zurita, invitado a la ciudad de Copiapó en el marco del encuentro de poesía Romeo Murga. El dijo- el ego de los poetas es una manera de compensar, lo dijo a estudiantes que le preguntaban por qué los poetas tenían tanto ego, y por qué se pasaban peleando entre ellos mismos, agregó que los poetas de decían cosas pero que en realidad a nadie le importaba mucho lo que pudiera estar pasando con los poetas a nivel gremial, y que sus dichos en verdad no eran nada serio, no eran gran cosa, claramente tratando de bajarle el perfil al asunto, nos estoy muy de acuerdo sobre todo cuando algunos de esos dichos provocan profundas heridas en la relación con los colegas, los casos de la llamada guerrillas literarias son los más extremos, pero en todas las épocas se cuecen habas, y cada generación tiene su canon y sus detractores por decirlo de manera elegante, y esa lucha es fratricida sin duda, disfrazada de supuesta hermandad, la verdad es que un poeta chileno o de cualquier otro país es y será un individualista, y entre más denostado esté su rival , mejor para él, ya que cada uno siente que debe dejar un huella profunda con su palabra. Digo esto para quienes ven una suerte de apostolado poético, donde uno debe seguir a un maestro, que terrible es que las generaciones más jóvenes esperen algo de sus antecesores, no hay que esperar nada porque uno debe encontrar solo esa que llaman la propia voz, desde luego leer es el vehículo de toda gran poesía, En realidad si quieren escribir piénsenlo bien, continuo, no es necesario que se dediquen a esto, si a la pregunta si usted dejara de escribir moriría por ello, entonces escriba, pero si no es así mejor déjelo como un pasatiempo- y agrega- yo sólo quería encontrar un trabajo, y no lo conseguía, así que me dedique a escribir y la escritura me salvo. Lo malo de generar un diálogo con estudiantes es que a veces uno tiene que ser políticamente correcto, pero Zurita fue franco, nada de aspirinas , ni de entusiasmos desbordados, en ese sentido, en otro escenario más tarde de ese mismo día Zurita tuvo que hacerse cargo de una pregunta incomoda, pero que no podía eludir – ¿Escribiría otras loas a alguien más en este país?- La pregunta apunta directamente a un texto “Poemas militantes” escritos por Zurita el año 2000 cuando Ricardo Lagos asume el poder, y en el cual es explicita la alabanza al gobierno, asunto por el cual el poeta fue denostado y para colmo de males ese mismo año es Premio Nacional de Literatura, mecha que encendió la hoguera del establishment literario, y que como es costumbre salieron a la palestra las más altisonantes declaraciones. La verdad es que no han leído ese libro , era ciertamente una epifanía, pero también era una advertencia, de que sería desastroso que gobernara la derecha nuevamente, también el libro habla del divorcio entre las islas que son la poesía y la política, confesó. Tenemos que creerle al poeta, el tiempo haría que Zurita declarara su inconformidad y su decepción del sistema político de aquellos años, y de paso se ganara para siempre el desprecio de Don Ricardo, que ese mismo día del encuentro literario llegó a Copiapó en el mismo avión que Zurita a apoyar la campaña de Lautaro Carmona, y donde fui testigo de ese desprecio, Lagos no me puede ver, comentaba horas después en un café de la ciudad, para colmo de males a esa misma hora y justo al lado nuestro se preparaba una mesa para recibir a Isabel Allende y a Ricardo Lagos, como si ese encuentro-desencuentro fuera inevitable, por suerte llegó la hora del recital poético, y Zurita y yo partimos a la carpa central donde una vez más la poesía se impuso, porque la única militancia posible para el poeta es el verso ahí radica su verdadero poder.

Comentarios

Publicar un comentario